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jueves, 18 de diciembre de 2025

MARKETING DE GUERRILLA: ¿SIGUE FUNCIONANDO EN LA ACTUALIDAD?

En 2025, hablar de marketing de guerrilla ya no significa salir a la calle con disfraces extravagantes ni pegar afiches clandestinos esperando volverse viral. El contexto cambió. Las reglas del juego también. Sin embargo, la esencia del marketing de guerrilla —creatividad, ingenio y cercanía humana— sigue más viva que nunca, especialmente para quienes no cuentan con grandes presupuestos, pero sí con ideas claras y propósito.

Hoy, el marketing de guerrilla se mueve principalmente en el territorio digital, en redes sociales saturadas, algoritmos impredecibles y audiencias cansadas de promesas exageradas. En este escenario, la guerrilla no compite con dinero, compite con autenticidad.

La gran ventaja en 2025: bajo costo, alto impacto emocional

Una de las mayores fortalezas del marketing de guerrilla sigue siendo su bajo costo. En pleno 2025, cuando la publicidad pagada es cada vez más cara y menos efectiva, una idea bien pensada puede generar más impacto que una campaña millonaria.

Un video honesto grabado con el celular, una acción creativa bien contextualizada, una historia real contada en el momento adecuado, hoy eso vale más que cualquier anuncio genérico. La gente ya no quiere ver marcas perfectas; quiere ver personas reales resolviendo problemas reales.

Guerrilla digital: la nueva trinchera

El marketing de guerrilla actual ocurre en:

  • Redes sociales (especialmente formatos cortos)
  • Comunidades digitales
  • Comentarios, respuestas y conversaciones reales
  • Colaboraciones orgánicas entre pequeños creadores o negocios

Aquí, la guerrilla no grita, conversa; no interrumpe, se integra; no promete milagros, muestra procesos.

Además, sigue siendo una poderosa herramienta de networking. En 2025, cada acción creativa bien ejecutada genera conexiones: seguidores que se vuelven aliados, clientes que se convierten en promotores y colegas que abren puertas inesperadas.

Pero cuidado: no es magia ni atajo

Ahora bien, el marketing de guerrilla sigue teniendo límites muy claros. No es infalible ni automático. Los algoritmos cambian, los gustos del público evolucionan y no todo lo creativo funciona.

Uno de los grandes errores en 2025 es creer que una acción “viral” garantiza ventas inmediatas. No es así. El marketing de guerrilla requiere constancia, prueba y error, y sobre todo coherencia entre lo que se comunica y lo que realmente se ofrece.

Tampoco es fácil medir resultados exactos. Aunque hoy existen más herramientas de analítica, muchas veces el impacto real se ve a mediano plazo: reputación, confianza, posicionamiento.

Más energía, más compromiso

A diferencia de pagar anuncios y “dejar que otros hagan el trabajo”, el marketing de guerrilla exige presencia activa. Hay que responder mensajes, interactuar, sostener la narrativa y asumir la responsabilidad de lo que se comunica.

En 2025, esto implica algo clave: exposición. Mostrar quién eres, cómo piensas y qué defiendes. Y eso no es para cualquiera. Siempre habrá críticas, comentarios negativos y personas que no conecten con tu enfoque.

Legalidad, ética y sentido común

Un punto crítico en el presente es la legalidad y la ética. Hoy más que nunca, una mala jugada puede costar caro: bloqueos de cuentas, denuncias, pérdida de credibilidad. El marketing de guerrilla moderno debe ser creativo, sí, pero también responsable, respetuoso de normas y consciente del impacto social.

Entonces ¿vale la pena en 2025?

Sí. Pero no para quien busca resultados rápidos ni fórmulas mágicas. El marketing de guerrilla en 2025 es para quienes entienden que crecer es un proceso, que la confianza no se compra y que la creatividad auténtica sigue siendo una ventaja competitiva poderosa.

Funciona mejor cuando hay claridad de valores, conocimiento del público y paciencia para construir algo real. Hoy, más que nunca, el Marketing de Guerrilla no lucha contra las grandes marcas: lucha contra el ruido, la desinformación y la falta de humanidad en el marketing.

Y ahí, todavía hay mucho que decir.

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