A menos que
deseemos tomar riesgos, no será posible lograr cosas grandes ni tener grandes
resultados. Basta con mirar en retrospectiva a los líderes e innovadores que
nos muestra la historia y que nos dejaron legados importantes. La aviación, la
imprenta, la energía eléctrica, entre otros. Pero no tenemos que ir muy lejos
en la historia para darnos cuenta de esto, ya que personajes como Bill Gates,
Donald Trump, Steve Jobs, por mencionar solamente algunos, son también un
ejemplo de que con grandes riesgos se logran cosas grandes. Un punto en común
de todos ellos ha sido el no tener miedo a enfrentar riesgos.
Adentrarse en campos desconocidos, en cualquier campo, pero
sobre todo en el mundo de los negocios y en el empresarial, significa siempre,
tomar riesgos. Para sobrevivir y prosperar se requerirá siempre recurrir a
todos los recursos disponibles, esto permite aprovechar potencialidades que a
veces ni siquiera se sabe que se tienen. Viviendo sin riesgos, estas
potencialidades jamás serán descubiertas. Más aún, si no se quiere tomar
riesgos, jamás se podrá apoderar de las oportunidades de negocios que se le
presenten.
Valorando y Administrando el riesgo
Todo emprendimiento está expuesto a algún elemento o factor de
riesgo; pero mientras algunos riesgos pueden ser valorados y minimizados, hay
algunos riesgos que no pueden reducirse. Algunas de las mejores oportunidades
pueden parecer altamente riesgosas en un momento determinado y tener solo
alguna posibilidad de éxito. Si no se toma esa oportunidad cuando se presenta,
podría significar perderla de forma definitiva.
Cómo sobreponerse al “miedo al riesgo”
En principio se debe actuar con un pensamiento firme de que “es
imposible para usted fallar”. Pensar que, si no le funciona de una manera, lo
procurará de otra. Atendiendo a algunas leyes naturales, si usted se rehúsa a
fallar, se dará cuenta que al final logrará su cometido.
Es un hecho, es una realidad, la negativa a tomar o asumir
riesgos puede limitar significativamente el alcance de su vida y de sus
proyectos, ya que se sentirá forzado a tomar el “camino seguro” que
generalmente no es el que lo conducirá adonde usted quiere ir, o sea el éxito.
Peor aún es el hecho de que, de no asumir los riesgos que podrían redituarle mucha
prosperidad en algo que desea y le gusta, deberá dedicarse a hacer lo que no le
gusta, sin poder lograr lo que anhela y sobre todo con la misma presión y temor
por no avanzar hacia la prosperidad. Y muy importante, nunca sabrá de lo que es
capaz.
Porqué tomar riesgos
Una de las grandes ventajas de tomar riesgos es que, con
frecuencia la competencia no será tan fuerte como si toma la “opción más
segura”; en estos casos hay más personas queriendo hacer lo mismo, a mucha
gente le gusta lo fácil y que no tenga riesgos; sin embargo en los casos de
emprendimientos y negocios e incluso profesiones que se apartan de lo
convencional, encontrará menos gente dispuesta a hacer lo mismo, por cuanto no
quieren asumir riesgos.
Lo mismo se puede
decir de los negocios; aquellos que ya están en una industria conocida y
posicionada, con un evidente desarrollo tienden a tener una fuerte competencia
con muchas personas dispuestas a participar. Diferente a aquellas industrias
nuevas y de mercados sin desarrollar, con buenas oportunidades y crecimiento;
éstas tienen menos competencia, generalmente por los riesgos implícitos.
No se confunda
Es sumamente
importante aprender a distinguir entre tomar riesgos y ser irresponsable. El
verdadero riesgo debe ser uno calculado, analizado y medido. Un riesgo
calculado implica estudiar la situación minuciosamente y hacer una evaluación
basada en sus propias habilidades y su conocimiento sobre la oportunidad que
presenta la situación sobre la que asumirá riesgos.
No se deberían tomar
riesgos únicamente porque una situación parezca favorable o fácil. Es curioso
cómo, actualmente, para muchas personas su seguridad está en las actividades
donde deben asumir riesgos. Nos encontramos así, a mucha gente buscando
oportunidades, con riesgos incluidos, como una forma de buscar seguridad en la
nueva economía. Esto es porque ante la presencia de riesgos, bien analizados, razonados
y administrados, la probabilidad de grandes beneficios es alta, en
contraposición con aquellas actividades en que el riesgo es mínimo o nulo y en
lo que, por ende, abundan los competidores.
Félix Miranda Quesada
Contador Público Autorizado
Administrador de Empresas con
Especialidad en Finanzas
Contador Público Autorizado
Administrador de Empresas con
Especialidad en Finanzas