Cuando trabajamos en algún emprendimiento, solemos concentrarnos solamente en las cosas que están directamente relacionadas con el mismo, pues pensamos que no tenemos tiempo para más nada y que es la única forma de salir adelante con nuestros proyectos. Pero, algunas cosas que parecen insignificantes pueden hacer mejoras significativas en nuestros proyectos y en nuestras vidas. ¿Qué tal empezar el día con una rutina matutina?
Lo bueno de una rutina matutina es que le da
intencionalidad a su día. Tengamos presente que es el inicio del día cuando
debemos despertar a plenitud. Una rutina le da a su mañana, forma, diseño y funcionalidad.
Imagínese iniciar el día paso a paso, tranquilo, fresco y sereno, teniendo
claro lo que necesita de usted mismo y cuándo lo necesita. Las rutinas ayudan a
iniciar la lucha diaria con una mayor libertad para concentrarse en lo que es
importante.
Si a usted le parece intimidante formar una
rutina con todos los pasos que ésta requiera, permítame decirle que, realmente
no requiere de mucho trabajo; solo se trata de animarse a hacerlo, al final
será una rutina que se convertirá en parte de su vida y que, además de los
beneficios que ella trae, usted lo disfrutará.
Entienda de qué se trata. Iniciar en una nueva rutina,
requiere que se tenga un entendimiento claro de lo que se va a hacer; no entenderlo,
lo convertirá en un trabajo difícil. Se trata de convertir una rutina que será
algo habitual. Volver a lo anterior cuando se inician nuevas prácticas o
hábitos, es muy fácil, pues cuando se siente cansado de lo que está iniciando, puede
desanimarse y buscar el camino fácil de lo viejo y conocido, aunque lo que esté
intentando sea mejor.
Es por eso que su primer paso implica
comprender su propósito. Sepa por qué se esfuerza por tener una mejor mañana y
de preferencia pronuncie su propósito en voz alta todas las mañanas cuando se
levante por primera vez para recordarlas. Debe tener claro su propósito; podría
ser: una mayor productividad, un día más tranquilo, adquirir más confianza. Si
no lo tiene claro, debe averiguarlo antes de comenzar.
Implemente su rutina en pasos cortos. No puede cambiar todo su horario, ni
su forma de vida, ni tampoco hacer cambios profundos de sus mañanas de una sola
vez sin que esto lo agote rápidamente. Por eso es importante elaborar un plan
por adelantado en el que sepa qué cambios hará y cuándo. Es probable que tenga
que levantarse más temprano de lo normal, entonces tendrá que hacer pequeños
cambios de adaptación hasta lograr su objetivo, respecto de la hora propuesta. Así,
puede ir haciendo las adaptaciones durante algunas semanas hasta adaptarse
totalmente al cambio.
Sea consistente. Es imposible que tenga éxito en la construcción
de nuevos hábitos si no lo hace con consistencia. La adquisición de un nuevo
hábito es de constancia; es por eso que hablamos de construir rutinas; si desea
adaptarse a ellas debe practicarlo todos los días, aunque esto implique un
sacrificio.
Trabaje una rutina nocturna. Su rutina de la mañana será mejor,
si la usa con una rutina vespertina que establezca una hora regular para
acostarse. Podrá, también, usar las tardes para hacer el trabajo de preparación
para el día siguiente, cualesquiera sean esas necesidades.
Cree su rutina. La clave para crear su rutina es abarcar todas
sus necesidades. Puede, entonces, cubrir algunas cosas que puede hacer para la
salud física como ejercicio, buena alimentación; mientras que otras actividades
pueden ser de beneficio espiritual, como meditar, orar; otras de beneficio
mental como estudiar, aprender, leer, reflexionar. El objetivo es lograr un
equilibrio armonioso todos los días.
Juntos, los pasos anteriores serán de gran
ayuda para crear una rutina matutina perfecta. Si aún no se anima a probar
nuevas rutinas y siente que necesita un cambio, atrévase a comenzar una nueva
experiencia.
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