Todos deseamos que la excelencia se refleje en nuestras actividades, y muchas veces no es solamente un deseo sino, una necesidad de que nuestro trabajo y nuestras actividades empresariales o de emprendedurismo, sean de excelencia. Tal vez no sea tan fácil o, al menos, para algunas personas; pero al final, con propósito y dedicación, todos podemos poner en práctica algunos consejos que nos ayuden a resaltar la excelencia. En este artículo le muestro algunas prácticas, fáciles de aplicar, que podrían ser útiles a la hora de dar excelencia a nuestro trabajo.
Dar más
de lo que se nos pide
Cuando alguien nos pida ayuda con alguna tarea
o situación, procuremos ir un paso más allá de lo que se nos demanda. Es muy
conocida la frase: “caminar la milla extra” y esto es lo que debemos hacer
siempre. Esto es muy importante cuando trabajamos con nuestros clientes, darles
algo extra que agregue valor a lo recibido; esto debemos hacerlo sin que nos lo
pidan; sin duda alguna, no implicará un costo que nos perjudique en nuestro
negocio y a nuestro cliente podría serle de mucha utilidad y, claro, también lo
será para la imagen de nuestro negocio.
Apasionarnos con lo que hacemos
Para sobresalir en el trabajo, en los negocios
o en cualquier proyecto se debe sentir pasión por lo que hacemos todos los
días. Esto podría no ser tan fácil, sobre todo si no se está muy contento con el
trabajo actual. Pero es ahí donde entra el propósito y deseo de la excelencia,
de que aún en tales circunstancias seamos apasionados y pongamos todo nuestro
esfuerzo en aquello que estemos llamados a hacer. Y esto debe ser así, no solo
por los demás, sino por nosotros mismos, por la satisfacción de haber dado y
entregado lo mejor de nuestro trabajo. Es digno de mencionar que una de las
definiciones de pasión nos dice que ésta es “una emoción intensa que engloba el
entusiasmo o deseo por algo”, y de hecho, el origen del término tiene incluido
el sentimiento del sufrimiento; y es que sí, muchas veces para poner pasión a
nuestro trabajo en aras de la excelencia, es necesario “sufrir”, en el mejor
sentido de la palabra.
Creer en que haremos la diferencia con nuestro
trabajo
Podría parecer algo presumido, pero realizar
nuestro trabajo o, incluso, ayudar a alguien pensando en hacer la diferencia,
va más allá de eso. Es un acto que significa querer aportar más, ya sea en la
parte física o en la parte emocional; esto puede estar referido a trabajos o
actividades materiales, tanto como a aspectos emocionales: un consejo, una
clase orientadora o, incluso, palabras motivadoras. Todas sus acciones, incluso
las más pequeñas, realmente pueden marcar la diferencia. Si nuestro deseo es sobresalir
en la excelencia, debemos empezar a creer en esto, creer que haremos esa
diferencia, pues ese será el impulso para lograrlo.
Ponernos a prueba es importante
Se puede tomar el camino fácil o prepararse
para un desafío; por lo general, las personas que sobresalen no rechazan los
desafíos y hasta suelen buscarlos. En realidad, tomar desafíos puede aumentar
nuestra auto confianza y obligarnos para cumplir nuestros compromisos con
excelencia. Las personas que buscan la excelencia desean probar que son capaces
de dar mucho más de lo que la mayoría puede dar; y no necesariamente lo hacen
por orgullo o ego, es más bien, una cualidad intrínseca a su personalidad y su
capacidad.
Esperar lo mejor de todos
Si visualizamos y esperamos lo mejor de los
demás, eso es lo que veremos. Empezaremos a pensar en nosotros mismos y en los
demás de forma positiva y eso hará que trabajemos con mayor confianza hacia la
excelencia. Debemos tener presente que la excelencia y el crecimiento proceden
a una mentalidad positiva, pues, lo positivo atrae lo positivo. Si pensamos
negativamente, hay una alta probabilidad de que eso sea lo que recibamos; si
pensamos mal de todos los involucrados en un proyecto podríamos estar atrayendo
el fracaso; lo contrario, una mente positiva, permitirá alcanzar la excelencia
y culminar con éxito todos nuestros proyectos.
Mantener
constancia y dar seguimiento
Siempre siga adelante con las cosas que ya
empezó y haga un seguimiento; es común empezar un trabajo, poner nuestro
esfuerzo en él y luego descubrir que nuestras energías van disminuyendo; es por
eso que solo debiéramos aceptar aquellas tareas que sepamos podemos terminar,
hacerlo bien y concluirlo en los tiempos razonables. Es importante concentrarse
en una tarea u objetivo a la vez; hacer demasiadas cosas juntas aumenta la
probabilidad de no concluir nada. Tal vez haya escuchado aquella frase de “el
que mucho abarca, poco aprieta”; eso es, precisamente lo que debemos evitar para
concluir de forma excelente lo que estamos realizando.
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