¿Se ha planteado alguna vez que puede estar pensando demasiado las cosas? Aunque considerar detenidamente una nueva idea puede ser excelente, llega un momento en que pensar en algo tiene que dar paso a la acción. A veces, sin embargo, nos estancamos tanto en nuestros pensamientos que nunca llegamos a actuar. ¿En qué momento una planificación seria se convierte en un exceso de pensamiento obsesivo? Hazte estas preguntas:
¿Cuántas veces lo has pensado?
Considerar un nuevo pensamiento o preguntarse
las cosas unas cuantas veces es natural. Si le das vueltas constantemente
durante varias horas o incluso días, es probable que te estés obsesionando
demasiado con tus pensamientos.
¿Cuántas veces has mantenido esa
conversación?
Las personas que piensan demasiado no pueden
dejar nada en paz. Si te encuentras repasando discusiones pasadas hasta el
punto de memorizar e incluso analizar cada fragmento del diálogo, sin duda
estás pensando demasiado.
¿Dónde están los grises?
Las personas que piensan demasiado tienden a
concentrarse en absolutos: todo es de una manera o de otra. Nunca hay término
medio. Si no puedes encontrar los matices grises, es que estás pensando
demasiado en una cosa.
¿Qué importancia tiene para ti lo que
piensen los demás?
Volvemos a la idea de repetir las
conversaciones en nuestra cabeza. Normalmente, nos obsesionamos con lo que ha
dicho la otra persona porque nos preocupa la opinión que tiene de nosotros. Si
te preocupa cómo te ve el mundo, ya tienes problemas. ¿Quieres la verdad? En
este momento, estás pensando más en ellos que ellos en ti.
¿Cuál es la motivación?
Si pasas mucho tiempo intentando averiguar por
qué la gente hace algo, te estás aventurando en un terreno peligroso. A menos
que quieras averiguar algo positivo; por ejemplo, cómo hicieron algo que
quieres imitar; estás perdiendo el tiempo. ¿Qué importancia tiene para ti, lo que
ellos hayan elegido? A menos que te afecte directamente, no es asunto tuyo.
¿Qué tal estás durmiendo?
Si tus pensamientos acelerados te mantienen
despierto por las noches, estás pensando demasiado, simple y llanamente. La
hora de dormir es el momento en el que debes relajarte y descansar.
Cada vez que te dejas atrapar por una espiral
de preocupación y ansiedad, estás permitiendo que tus pensamientos tomen el
control de tu día. Con el tiempo, tus pensamientos pueden apoderarse de tu
vida, alejándote de las cosas que deseas. Cuando esto ocurre, es el momento de
dar un paso atrás para restablecer el equilibrio adecuado.
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