Hay que reconocer que algunos días preferiríamos no seguir. Debemos admitirlo, todos pasamos por momentos de intenso estrés y preocupación. La idea de desconectar en estas circunstancias puede parecer imposible; pero al mismo tiempo, es en esos días malos cuando necesitamos relajarnos más que nunca. Teniendo esto en cuenta, veamos algunos consejos que te ayudarán a relajarte en esos momentos de intensa preocupación.
Empieza por volver al momento
Mucho de lo que hacemos cuando nos preocupamos
es vivir en el futuro. Estamos atrapados en un mundo de expectativas y
especulaciones, preocupándonos por lo que ocurrirá “si”, pasa esto o aquello. Es
lo que se conoce como “crear escenarios en nuestra mente”. Por eso es
fundamental volver al aquí y ahora. La atención plena o la meditación pueden
ayudarte a centrarte en tu situación actual. Si deseas, cierra tus ojos y
concéntrate, relájate y, si lo deseas, también, haz ejercicios de respiración.
No dejes que te invadan los malos pensamientos. En lugar de eso, déjate llevar,
pensando en lo que oyes o hueles, en el presente. No tiene por qué llevarte
mucho tiempo. Incluso unos minutos de atención plena te ayudarán a relajarte
considerablemente.
No te dejes vencer por tus preocupaciones |
Debes ser razonable
¿Qué es lo que más te preocupa? ¿Es una
preocupación razonable? A veces lo único que necesitamos para relajarnos es un
rápido reconocimiento de la realidad. Puede que le estés dando demasiadas
vueltas a algunas cosas. Si no estás seguro de ver la situación con claridad,
puede ser un buen momento para hablar con otra persona sobre lo que está
pasando; tal vez, pronto verás las cosas de diferente manera.
Déjate llevar
Hay algunas cosas que no vas a poder cambiar
de lo que está pasando ahora mismo. Recuérdate a ti mismo que lo que está
ocurriendo es sólo una parte más de esta parte concreta de tu vida y que lo
superarás. Te resultará más fácil relajarte si puedes liberarte de lo que está
fuera de tu control.
No juegues de adivino
A veces, cuando estamos preocupados, caemos en
la trampa de pensar que las cosas son blancas o negras y creemos saber cómo
ocurrirán. Por lo general, las cosas rara vez son tan malas como las
imaginamos. Respira profundo y deja que la situación se desarrolle como lo hará
sin intentar predecir el futuro y, menos aún, vaticinar un pésimo futuro.
Qué te estás diciendo a ti mismo
A veces tenemos la costumbre de buscar lo
negativo, sobre todo cuando se trata de nosotros mismos. ¿Es posible que estés
preocupado por algo que ni siquiera es cierto? Piensa en las palabras que
utilizas cuando hablas contigo mismo. Si utilizas más frases negativas que
positivas, empieza a cambiar tu diálogo interno, por afirmaciones más
positivas. Es mucho más fácil relajarse cuando no te estás machacando todo el
tiempo a ti mismo.
Aunque estos consejos no solucionen
necesariamente la crisis de tu vida, te ayudarán a relativizar incluso los
momentos difíciles, permitiéndote al menos tomarte un tiempo para respirar y
pensar en las cosas que te preocupan; inténtalo, tú puedes vencer tus
preocupaciones y salir avante y exitoso en tu negocio.
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